Reseña de “¡Diles que no me maten!” de Juan
Rulfo
Esta historia se trata de un señor de la
tercera edad llamado Juvencio Nava, empieza la historia atado de manos a un
árbol y en poco algunos hombres vendrían por él y se lo llevarían a
fusilar. Pero no sabemos porque, pero
luego se revela que tuvo un problema, necesitaba que su ganado pudiera pastar,
pero había una sequía bastante seria pero él conocía a un ranchero que sí tenía
pastizales se llamaba Guadalupe Terreros. Pero este personaje no dejaba (aunque
se lo pidiera) que el ganado del pasar para pastar. Días y noches pasaban y el señor Nava cortaba la cerca y
llevaba a su muy flaco ganado a pastar, solo en las noches. El señor Terreros
se daba cuenta de esto y siempre mandaba a alguien para repararla. Hasta que un
día se hartó y le advirtió que si otra de sus vacas pasaba hacia sus pastizales
la mataría.
Y así fue, un día llevo a su ganado a los
pastizales y el señor Terreros le disparo a uno y el señor Nava se enojó tanto
que le dio muchos machetazos y le metió una pica de buey en el estómago lo
encontraron dos días después en un arroyo todavía agonizando y pidiendo como
último deseo que alguien cuidara de su familia.
Y pues así nos damos cuenta la razón por la
cual lo llevan a fusilar, luego él le ruega al general que lo mandó a fusilar
que tuviera compasión toda su vida había vivido escondido y que de cierta
manera ya había pagado su deuda con su vida entera.
Y al final vemos a su hijo llevándoselo en
un burro con una capucha en la cabeza del muerto para cubrirle todos los
agujeros de bala proporcionados por los cuatro verdugos. Que lo emborracharon
antes de fusilarlo para que no le doliera.
Conclusión
Concluyo que este cuento podría haberse
llevado a cabo en las épocas de la independencia a algunos años antes de la
revolución, también un aprendizaje que
deja este cuento es que un error fatal puede dar más consecuencias de las que
uno se imagina. Lo recomendaría para mayores de trece años.